Con 17 años dejó su Colombia natal para venirse a España. Llegó a Sushi Tapas sin ni siquiera saber abrir una botella de vino, pero con una actitud que hizo que se fijaran en ella. Fue trabajando de camarera en Honoo cuando se dio cuenta de que esto le interesaba de verdad y decidió colgar los estudios de psicología –que un día espera retomar–. Allí, aprendió al lado de Edu Espejo y Ricardo Espíritu. Hoy, en Flama, se ocupa de organizar el servicio y de que el cliente se sienta como en casa. Siete años después de su primer contacto con la hostelería, Camila tiene ganas de ahondar más en el mundo del vino y profesionalizar aún más el oficio que empezó por casualidad y que le ha ido enamorando.